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Rio de los Sauces y los Montoneros
Rio de los Sauces y los Montoneros
Se llega a Río de Los Sauces, por un pintoresco camino de faldeo, desde La Cruz, por Cañada de Alvarez o directamente desde Elena y Berrotarán. El camino que sale de Santa Rosa, pasa por San Ignacio y Amboy -vieja ruta de postas- cruza dos grandes ríos: el Grande y el Quillinzo. Desde La Cruz el camino desciende a la Cañada de Alvarez, que eran las viejas tierras del cacique Tallovinta y se llega a Río de los Sauces. Aquí el gobernador Juan Bautista Bustos derrotó al montonero cuyano José Miguel Carrera, en 1821.
De acuerdo a los títulos de propiedad, las primeras tierras fueron otorgadas en merced a Gonzalo Martel de Cabrera -hijo del fundador de Córdoba-. Esas tierras se conocían con el nombre de Licsin y se extendían desde el cerro San Lorenzo, actual estancia de Los Sauces, hasta el filo de las sierras. Río de los Sauces se convirtió en lugar clave, pues era el paso al otro lado de la sierra y el camino a Chile. De la época colonial se conservan las viejas acequias y tomas de agua del río para regadíos de chacras, donde se sembraba maíz y trigo.
Río de los Sauces tiene un episodio histórico de luchas entre federales y unitarios, que me fue relatada por la madre de Ignacio, Desiderio y Cristóbal Tejerina. Esta anciana matrona había conocido al famoso Chacho Peñaloza y salvó su vida milagrosamente junto con la de Braulio Gigena, ocultándose en un desfiladero de rocas cerca del río, a la altura del puente que une Río de los Sauces con Berrotarán. En esa oportunidad por venganzas personales uno de los soldados del Chacho degolló a dos buenos vecinos. A poca distancia del pueblo dos grandes cruces de hierro tienen las siguientes inscripciones: "El 9 de Junio de 1863 acabó aquí don Apolinario Claro y acá murió el mártir Sinforiano Vargas, hijo de un amigo de San Martín".
La Junta de historia de Río Cuarto, fue sensible al salvaje asesinato, donde no estaban en juego ideales federales, sino crímenes y pillaje. En el monolito levantado por la comisión, puede leerse: "He aquí un testimonio del doloroso proceso de la modelaci6n de la Patria, alcanzada recién cuando el sacrificio de muchas vidas, saciaron la voracidad de la anarquía"...
Por distintas subdivisiones de tierras, le correspondió a Don Braulio Gigena ser el fundador del pueblo. En su vieja casona, a la entrada de Río de los Sauces tuvo el honor de hospedar a ilustres personalidades argentinas. Don Braulio que era pariente de Sarniento por la línea de los Albarracín, impulsó el comercio, la ganadería y la agricultura de la región. Su casa estaba siempre abierta a los amigos y personas selectas. Jorge Drago Mitre, nieto del General, estuvo varias veces descansando, y también Miguel Cané, autor de Juvenilia y otros bellos versos. Uno de singular picardía, en letra manuscrita, lo conocí por Alejandro Gigena en 1940, estaba dedicado a los adolescentes y dice:
¡Imposible querer ser buenos y querernos como [hermanos:
¡Si tú no tuvieras senos y yo no tuviera manos!
Sección especial
Rio de los sauces y los montoneros de Historias y Leyendas del Valle de Calamuchita por Sergio Mayor - Córdoba 1970 -
