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Rios y arroyos trucheros

Alojamiento

Rios y arroyos trucheros

Tulián es el iniciador del arte de propagación artificial de peces en nuestro país. En 1908 destinó 350.000 embriones de truchas arco iris a un flamante criadero instalado en "La Cumbre", con tal feliz resultado, que despertó entusiasmo entre los propietarios de campos de esta zona serrana. En los ríos y arroyos que se extienden desde La Cumbre hasta Santa Catalina, las truchas proliferaron rápidamente, especialmente en el río San Miguel podían pescarse en abundancia. La historia de las truchas cordobesas arranca desde esa fecha, pues 3 años antes, en 1905, el, técnico norteamericano señor M. Ormsby había iniciado un ensayo de piscicultura en las cercanías de Alta Gracia, sin resultado, pues todo el trabajo se perdió.

Con la experiencia de Punilla, al terminar las obras del Embalse en Río Tercero –Calamuchita cerca del vertedero del Dique, el gobierno nacional instaló un moderno criadero de truchas y pejerreyes. Actualmente es el que produce los embriones de salmónidos para el centro y Norte del país. Allí obtuvimos los primeros alevinos de arco iris, que fueron sembrados en los ríos de Calamuchita, con amigos de "La Cumbrecita". En el llamado Puesto Maldonado en Río del Medio; en el Puesto de Iriarte cerca del nacimiento del Río Espinillo; en el arroyo "El Manzano" y en el Paso de Villagra sobre el Río del Durazno. Estos son los primeros ríos trucheros de Calamuchita y en esta ardua tarea de conservar la vida de las truchas de la región, no debemos olvidar el nombre de Reynaldo Shefsky, del Hotel Cumbrecita, que en 1943 a 1950, en caballos serranos atravesando quebradas, llevaron tachos con embriones, haciendo la correspondiente renovación de agua durante el trayecto, hasta dejar la carga de truchas en los ríos de la región, que son la atracción de los aficionado y pescadores de hoy.

Por un verdadero milagro las truchas cordobesas han logrado sobrevivir, a pesar de la acción destructora a que han sido sometidas por los pescadores furtivos, que recurrían a procedimientos de pesca atentatorios a la supervivencia de la especie. La falta de control en las aguas de ríos y arroyos trucheros, han permitido el trabajo de los que sin ninguna conciencia y espíritu deportivo, malogran el esfuerzo de los aficionados. El milagro de las truchas cordobesas se debe a la acción tesonera de un reducido grupo de pescadores y del apoyo de los clubes, como el de la Asociación de Pescadores y Cazadores Aficionados de Córdoba y de La Falda, y el Córdoba Trucha Club que construye instalaciones en San Clemente para siembra y cumple una meritoria labor de control, y promoción de la pesca de truchas.

Sección especial
Rios y arroyos trucheros de Historias y Leyendas del Valle de Calamuchita por Sergio Mayor - Córdoba 1970 -

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