Quince años después de fundada Córdoba, es decir el 8 de abril de 1588, Juan Nieto recibió en merced, de la Corona de España, los campos y haciendas ubicadas en el lugar que los nativos denominaban Paravachasca, y construyó corrales de piedras, casas y ranchos de adobe y paja. Juan Nieto la posee hasta su muerte en 1609, pasando a posesión de sus herederos. Al contraer segundas nupcias su esposa, Alonso Nieto es su nuevo propietario y a quien se le atribuye haberle impuesto el nombre de Alta Gracia. Alonso Nieto, sin herederos, dona sus bienes a los Jesuítas -en total 26743 pesos- entre los que se cuenta la estancia de Alta Gracia. Estos, por escritura pública del 24 de junio de 1643 toman posesión del fundo y se inicia para la villa, una época de gran desarrollo y esplendor. Se transforma de inmediato en un gran establecimiento fabril, agrícola-ganadero. Tejidos de lanas y algodón, huertos y plantaciones frutales contribuían al mantenimiento de sus instituciones de cultura, entre aquéllas, la Universidad, actualmente nacional, fundada por Fray Trejo y Sanabria en 1613.
La Junta de Temporalidades hasta 1773: José Rodríguez, hasta 1788, y Manuel Rodríguez fueron otros de sus administradores hasta que en 1810, Don Santiago de Liniers la compra en subasta pública por $ 10.000 al Dr. Victorino Rodríguez. No entraron en la venta lo perteneciente al culto y servicio de la Iglesia. El 25 de mayo de 1810 Liniers compró a Rodríguez, una legua más de campo sobre el río Anisacate. El nuevo propietario, héroe de la reconquista y defensa de Buenos Aires en las invasiones inglesas y posteriormente Virrey, se trasladó a Alta Gracia el 2 de marzo de 1810. Linies estuvo, en la estancia, cinco meses, hasta que salió el 31 de julio de dicha residencia, para emprender la campaña contra la Revolución de Mayo y que terminó trágicamente con su fusilamiento y el de sus compañeros (CLAMOB) en "Chañarcillo de los Loros" o "Monte de los Papagayos- situado a cuatro o cinco leguas de Cruz Alta, departamento Marcos Juárez de nuestra provincia, el 26 de agosto de 1810.
Los herederos de don Santiago de Liniers y Bremont resuelven sacar a subasta la Estancia de Alta Gracia, comprándola don José Manuel Solares por $ 15.000 en agosto de 1820. Con su fallecimiento, y en cumplimiento de su testamento, se inicia el fraccionamiento de la Estancia que da lugar al caserío. Posteriores subdivisiones de los sucesores de Don Rafael Lozada y don Galo Cámara, dan lugar al crecimiento urbanístico de la hoy ciudad, título conferido por ley 3849 del 28 de junio de 1940. Su municipalidad la había constituido el 21 de enero de 1900.
De Liniers de 1820 a 1868 a José Manuel Solares. Al fallecer se inicia la testamentaría y se fracciona la estancia que es la actual ciudad de Alta Gracia.
Sección especial
La merced de paravachasca, y la estancia de Liniers de Historias y Leyendas del Valle de Calamuchita por Sergio Mayor - Córdoba 1970 -