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Emocion en la pesca de truchas

Alojamiento

Emocion en la pesca de truchas

Entre piedras milenarias se deslizan las aguas claras de los ríos trucheros. En el fondo oscuro de los pozones las truchas descansan y esperan la llegada de la noche para seguir su marcha, aguas arriba por los arroyos. Durante el día en algunos de estos pozones se puede pescar, con el cuidado de no ser visto. Un viejo pescador de truchas nos decía: que cuando el pescador ve a la trucha ésta no morderá el anzuelo. El silencio, tirar lejos, esperar y deslizamientos rasantes al agua es la mejor técnica. Conviene pescar al amanecer cuando la trucha es más voraz y por ello lo mejor es dormir en las regiones cercanas de pesca. La gente de la sierra es amable y siempre un buen puchero de gallina o un chivito a las brasas de fuego lento, es un agradable recuerdo, si al otro día no tenemos la suerte de un buen pique. Obtener una pieza compensa todos los cansancios de caminar entre piedras y arenas.

La trucha eligió para vivir los ríos cristalinos de la sierra. Donde nace el Quillinzo, el Durazno, el Tabaquillo, el Río Grande, el Pinar de los Ríos, el Manzano, la Lechuzita, son lugares de privilegio. Ahí hay que ir a buscarla, en regiones de atrayente belleza. El difícil acceso para pescarla pone a prueba el temple, la energía y la pasión del pescador. Quien no goza del maravilloso espectáculo de la naturaleza, no puede ser un buen pescador de truchas. Es preferible comerla con salsa tártara o al horno a la miniere en casa. El amor a las montañas a sus ríos y una auténtica pasión deportiva, le darán una satisfacción inolvidable.

Cuando al arrojar al agua cristalina la mosca o la brillante cucharita es mordida por la trucha, no sabemos si ella despierta el apetito o la furia de la arco iris. Entonces recién empieza la batalla y en este incierto resultado, donde el pez, de afinado instinto, trata de burlar el deseo del pescador, reside toda la emoción y atracción de esta pesca, que al decir de un amigo: "es el álgebra superior de la pesca deportiva".

La conquista de la "reina de los ríos serranos de Córdoba" es un episodio más del eterno duelo entre el instinto animal y la voluntad del hombre, que se libra en los ríos entre la naturaleza magnífica de la región elegida por la arco iris para vivir. Su pesca tiene características similares a la conquista amorosa... la trucha es una dama altiva... rebelde... huidiza..., que despierta y estimula la pasión amorosa, y mientras más difícil es la conquista, más entusiasmo despierta el verdadero amor.

Sección especial
Emocion en la pesca de truchas de Historias y Leyendas del Valle de Calamuchita por Sergio Mayor - Córdoba 1970 -

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